La reconstrucción de busto tras el cáncer de mama
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El cáncer de mama tiene un éxito de curación de más del 80%, pero además de las secuelas psicológicas quedan las físicas. La reconstrucción mamaria tras la curación es una decisión personal de la paciente que, en muchos casos, le ayudará a mejorar su autoestima tras la superación de la enfermedad y que, en ningún caso, afectará a los chequeos posteriores.
El número de mujeres que se someten a una mastectomía como medida de prevención tras sufrir un cáncer de mamá cada vez es mayor. De todas ellas, muchas elegirán someterse a una reconstrucción de pecho y hay diferentes maneras y momentos para hacerlo.
¿Cuándo?
Reconstrucción inmediata. La misma mastectomía puede combinarse con una operación de reconstrucción de mamas. En estos casos, es necesaria una estrecha colaboración entre el cirujano que extirpa la mama y el cirujano plástico que va hacer la reconstrucción, por lo tanto, no se podrá realizar en centros donde no dispongan de los dos profesionales como, por ejemplo, en hospitales comarcales. De esta manera, la paciente no pasa por el trauma de verse sin pecho y se encuentra mejor psicológicamente.
Reconstrucción diferida. Puede ser decisión de la paciente o por algún problema médico que la reconstrucción del pecho se deba posponer. En algunos casos, la paciente necesita un tiempo de adaptación a su curación, en otros casos no desea pasar tanto tiempo en quirófano o puede tener algunos otros problemas como obesidad o hipertensión que hagan peligrosa una operación doble.
¿Cómo?
Existen diferentes técnicas de reconstrucción que se adaptarán a cada caso:
Implantes. Es el método más utilizado y se basa en la colocación de prótesis para sustituir la mama o mamas perdidas tras una dilatación de la zona. Los implantes pueden ser de diferentes materiales como solución salina, silicona, gel…
Tejido propio. En esta técnica se utilizan tejidos propios de la paciente para proceder a la reconstrucción. Este tipo de intervención requiere de tratamiento en dos zonas del cuerpo; de la que se extrae el tejido y donde se coloca, es decir, el pecho. Por tanto, se usan grasas y pieles de partes del cuerpo en las que no sean necesarias (especialmente del abdomen y la espalda) y se utilizan para reconstruir el busto.
Cirugía de pezón: se lleva cabo después de que el pecho operado sane. Normalmente, también se tiene que esperar un tiempo para reconstruir la areola que se tatúa con tinta o, en algunas ocasiones, se recrea con piel de la zona de la ingle o el abdomen.
Tejidos donados de soporte. En esta innovadora técnica utiliza productos creados a partir de piel humana donada, como Alloderm y DermaMatrix. Éstos se utilizan para ceder y apoyar a los tejidos naturales con el fin de que crezcan y sanen antes. No hemos de creer que esto será suficiente para una reconstrucción, sólo es un complemento aparte para la prótesis o los tejidos propios.
Mastectomía conservadora de piel. En algunos casos cuando los tumores no han supuesto demasiado riesgo, la mastectomía que se hace es sólo parcial y se pueden aprovechar trozos del propio pecho de la paciente para hacer la reconstrucción.
Si se ha extirpado sólo un pecho, es muy posible que el pecho sano necesite de un pequeño retoque para asemejarse a la mama operada y conseguir una mayor simetría. Esta intervención no tiene contraindicaciones ni interfiere de ninguna manera sobre las revisiones médicas del cáncer.
El cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer más frecuente a nivel mundial (después del de pulmón), y el más común entre las mujeres. Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud: en las mujeres de América Latina y el Caribe, el cáncer de mama supone el 27% de los nuevos casos y el 16% de las muertes por cáncer. De manera similar, entre las mujeres de Estados Unidos y Canadá, el 24% de los nuevos casos y el 14% de las muertes por cáncer son por cáncer de mama.
Por suerte, la ciencia ha avanzado a pasos agigantados ofreciendo alternativas de reconstrucción a todas aquellas mujeres que han padecido esta enfermedad. Además, también es necesario dar crédito a las instituciones públicas que e han apropiado de este tema, creando programas y proyectos para beneficio de las mujeres afectadas. Realmente se trata de un problema que ha cogido mucha fuerza tanto a nivel nacional como mundial y para el que se puede decir que las mujeres que padecen esta enfermedad no están solas, ya que son muchas las organizaciones y entidades que han volcado todos sus esfuerzos en brindar apoyo.
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