Desde la primera consulta fue todo super padre. Me explicó todo lo que se debe de saber y al tomar la decisión.
Puff llego el día... super...
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Así fue mi operación de senos
Hola, me llamo Deydra y soy mexicana (CDMX). Justo ayer cumplí 28 años y al día de hoy tengo dos meses operada de una cirugía de aumento de busto.
Mi adolescencia fue una etapa difícil de mi vida. Siempre he sido muy "hormonal", o sea, los cambios hormonales en mi cuerpo son muy notorios en aspectos como el acné, sobrepeso, cambios de humor, pérdida de cabello, etcétera.
Pasando esa etapa, empecé a tomar tratamiento hormonal
para equilibrar el ambiente de mi cuerpo (a los 20 años) y casi automáticamente empecé a bajar de peso. Tengo la fortuna de decir que no hice dietas extremas, y bajé de 69 kilos a 56 en un año más o menos. Mido 1.58. Mi cuerpo quedó bastante afectado en el hecho de que tuve que aferrarme al ejercicio para tonificar después de perder tanto peso.
El problema fue que de una talla 38C, pasé a una copa B muy chiquita, con los senos muy caídos.
Mis senos empezaron a ser un problema
para mi porque después de pasar de tener un pecho relleno y bonito, pasé a tener los pezones apuntando hacia abajo (casi 30 cms de la clavícula al pezón), con mucha piel colgando y fue algo que no pude arreglar con ejercicio. Incluso el ejercicio de pecho hizo que mis senos se vieran más caídos.
Después de muchos años me convencí de que simplemente era una situación que me incomodaba, me hacía sentir mal y que NO iba a poder cambiar con pura fuerza de voluntad. Decidí operarme!!!!
Me puse a investigar casi un año entero de todo lo que debía saber. Consulté con 4 doctores distintos y casi todos me dieron la misma información, y todos coincidieron con el tamaño de los implantes que yo necesitaba.
Decidir con qué doctor operarme
fue la tarea más difícil y escogí al que fue más honesto conmigo, me comentó TODO lo que yo debía saber, incluso cosas de las que yo no había escuchado. Fue muy honesto, abierto y paciente y después de mucho pensarlo, pude escoger todos los detalles de mi cirugía: el tamaño de los implantes, por dónde serían ingresados, si serían por debajo del músculo, etcétera.
Me operé con el Dr. Joel Marquez, a quien encontré en esta página, el domingo 2 de julio (hace dos meses).
Fui muy tranquila a la cirugía acompañada de una prima.
Era mi cuarta cirugía, por lo que iba bastante confiada
además de que el Doctor es certificado y tiene buenas recomendaciones. Antes de esta, me he hecho dos rinoplastias y una cirugía para retirar mis amigdalas (anginas), aparte tengo varios tatuajes y perforaciones; a lo que quiero llegar es que una procedimiento médico no me da miedo.
Antes de pasar al quirófano, el doctor y su anestesiólogo pasaron a verme.
El doctor me tomó un par de fotos, me midió de nuevo, me hizo algunas marcas en el pecho y me enseñó las cajas con los implantes cerrados y nuevos.
Me decidí por los implantes de 410 cc (bastante grandes), submuscular y que fueran ingresados por debajo del seno.
El anestesiólogo me comentó que tenía dos opciones: anestesia general o anestesia local.
En mis cirugías anteriores tuve anestesia general
y la recuperación es difícil, por lo que decidí que fuera local para evitar las molestias de las náuseas, los vómitos y la sensación de estar adormilada por varios días. Después pasé al quirófano y ahí empecé a sentir los nervios que traía acumulados.
Me dejaron tener las calcetas puestas porque hacía muchísimo frío y yo le pedí al anestesiólogo que me sedara. No sé si lo hizo por que yo se lo pedí o porque era indispensable hacerlo pero me sedó y empecé a sentirme mucho más relajada, pero no me dormí.
Me pidió que me colocara en posición fetal y me puso la anestesia entre las vértebras, a la altura del resorte del brasiere (no recuerdo si me puso otra inyección además de esa) y luego me quedé dormida.
No sé cuánto tiempo pasó pero desperté porque sentí como si me tomaran con fuerza a la altura de las costillas y me estuvieran sacudiendo. Desperté tranquila y ubicada; me estaban metiendo los implantes en ese momento.
El anestesiólogo estaba a lado de mi y le pregunté qué pasaba. El doctor me dijo que estaban metiendo los implantes y que todo iba muy bien. Obviamente no pude ver nada, pues había una cortina, pero recuerdo que estuve platicando con el anestesiólgo un ratito durante el tiempo que estuve despierta.
Me pidió que me relajara, que ya casi terminaban y ahí me volví a dormir.
Desperté otras dos veces dentro del quirófano
pero me quedaba dormida casi al instante; después volví a despertar y ya estaba en la cama de mi cuarto.
Nunca olvidaré que el doctor trataba de explicarme cómo había estado todo pero yo estaba muy preocupada porque aún no le había pagado (estaba sedada todavía y mis prioridades no estaban claras). Le explicaron a mi prima todos los cuidados que debía tener y el doctor me dijo que me calmara, que todo estaba excelente y que me había portado muy bien durante el procedimiento.
Cuando volví a despertar empecé a sentir una presión muy fuerte en el pecho
sentía algo extraño dentro, y tenía mucha sed.
Las enfermeras me atendieron muy bien, y me explicaron que era normal esa sensación de presión, pues el músculo estaba tenso y la piel se estaba estirando. Estaba vendada y tenía unas mangueritas (el drenaje) saliendo de los vendajes por los que salía sangre mezclada con un líquido transparente. Me dieron el alta el mismo día en la noche porque reaccioné bastante bien y ODIO dormir en los hospitales.
Esa noche fue muy pesada para mí
Mi esposo me compró una almohada especial para dormir sentada pero no es fácil. Empecé a sentir un dolor intenso en el pecho, la espalda (por el bloqueo), los brazos, los hombros, y me sentía incómoda. Esa noche vomité un liquido transparente y tuve que dormir en el sofá sentada pues la cama me resultaba muy incómoda.
Debo decir que yo soy una persona con una tolerancia muy baja al dolor, y el doctor me lo advirtió.
El dolor iba a ser mucho por el tipo de cirugía
Así pasé dos días. Fui a ver al doctor el martes y me quitó los drenajes. Cuando me quitó las vendas sentí mucho miedo, pues mis senos se veían enormes e inflamados, además se veían muy arriba; empezaban como a la altura de mi clavícula y terminaban donde terminaban antes, con mis pezones muy arriba. El retiro de los drenajes me dolió pero fue un dolor espontáneo que se me quitó al momento y llegando a casa (ya con mi brasiere especial y sin drenajes) me puse a investigar si era normal que se vieran así. El doctor me explicó que era normal y yo lo corroboré en mi investigación; mis senos sólo estaban muy inflamados.
La recuperación fue muy difícil para mi
por la razón que expliqué antes. Me tenían que ayudar para bañarme porque no podía levantar los brazos los primeros días y quitarme el bra esa doloroso, como que los senos me pesaban mucho. Rogaba que llegara la hora del siguiente analgésico porque me dolía muchísimo y al pasar los días, cuando el músculo empezó a ceder y ya me dolía mucho menos, empecé a tener mucho ardor en la piel y los pezones.
Después de diez días me quitó los puntos y no sentí nada
Creo que esa parte de mi cuerpo seguía dormida o no sé si ya estaba acostumbrada al dolor pero no sentí dolor.
El doctor estuvo al pendiente de mi todo el tiempo por teléfono (incluso un par de veces le hable porque no podía con el ardor) y me recetó varias cremas y medicamento para acelerar la desinflamación. Me estuve poniendo una crema de cacao especial para el pecho lo que ayudó a que no me quedara ninguna estría, aparte me estuve poniendo crema de caléndula cada dos o tres horas y me ayudó mucho, pero lo que marcó una verdadera diferencia fue el té de árnica.
El doctor me lo recomendó y fue de verdad impresionante
como se aceleró mi recuperación. La herida, que fue por el surco inferior mamario, se fue borrando rápidamente y me dejó de doler todo. Sólo la piel me ardía de vez en cuando, pero las cremas ayudaron mucho. Me puse además Kitoscell en la herida; no arde y es buenísima para borrar la cicatriz.
Después de dos semanas regresé a trabajar y empecé a manejar otra vez. Continúe aplicándome las cremas dando un ligero masaje y cuidándome mucho, pues sé que gran parte del resultado es la forma en la que el paciente se cuida.
Ya luego pude empezar a dormir de lado muy cómodamente
pero con el brasiere puesto siempre, y mi vida fue regresando a la normalidad, hasta que de plano los implantes dejaron de sentirse como algo extraño.
Ahora, ya pasaron dos meses y veo que todo lo que pasé valió la pena. Con la ropa puesta se ven bastante naturales, de hecho me preguntan mucho si en verdad me operé, pero es porque el tamaño fue perfecto, además de que el músculo hace que el implante no se note. Sé que sigo bastante inflamada y todavía no me animo a dormir boca abajo, pero el resto de mi vida regresó a la normalidad. Tampoco sé qué talla quedé porque sigo usando bra deportivo todo el tiempo, pero nuestra meta es llegar a una copa C bien rellena ya cuando me haya desinflamado totalmente.
Puedo concluir que duele mucho pero vale la pena
al 100%. Quiero usar ropa escotada todo el tiempo para lucir mis nuevos senos (cosa que no pude hacer por muchos años) y mi vida personal mejoró mucho, de alguna forma yo me quiero más, no sólo por mi cuerpo, sino porque me demostré que soy más valiente de lo que yo misma creí.
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Leer másEl posoperatorio va mejor de lo que esperaba. Ya puedo ir al gimnasio y realizar todas las actividades que hacía antes de la operación. Las cicatrices...
Leer másSiempre fui planina, copa a. Tuve 3 hijos y me sirvieron súper bien para alimentarlos y pensaba que ya había pasado la edad de mi juventud para...
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