Nunca habia tenido tanta seguridad con la ropa, al salir con las amigas de antro me sentia completamente hermosa al notar q llamaba la atencion...
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Como fue mi experiencia
Me llevaron una camilla a la habitación a la que había llegado, ¡moría de frío, tenía mucho frío en mis pies y manos! me acomodaron en una cama y le pedí a mi amiga que me cobijará, poco a poco se fue el frío, lo primero que hice fue tocar mi abdomen; al tocarlo sentí húmedo, casi mojada la bata, la enfermera me dijo que me habían puesto un vendaje y que estaría drenando un poco, que no me espantará, que saldría sangre y líquido amarillo.
Despues de la cirugia
Dormí un poco, al despertar sentí lo mojado de la bata lo que me producía tener frío; la enfermera y el doctor ingresaban constantemente y quienes preguntaban cómo me sentía. -Me sentía bien, sólo sentía malestar al no poder sentarme perfectamente, no era mucho el dolor, sólo la incomodidad por las vendas mojadas de los costados y que me sentía como un globo. Transcurrieron unas cuantas horas cuando le pregunte a mi amiga la hora me dijo que eran las 5 de la tarde, yo ya quería caminar; entró la enfermera con un pequeño jugo, lo bebí y me dijo que tenía que descansar, que me tendrían un rato más en observación.
Los resultados fueron excelentes
El tiempo pasaba y yo no paraba de tocar mi abdomen, se avecinó la noche cuando el doctor me dijo que todo había salido bien, que me veía muy bien, le pidió a mi amiga que me ayudará a vestirme, volvió a comentarme lo de las vendas, me dijo que eso sucedería los próximos 2 días, que saldría sangre y líquido. Mi amiga me ayudo a ponerme las pantaletas y la ropa cómoda que llevaba en mi maletita que había preparado: se acercó el doctor, me dijo que ya podía regresar a mi casa, me dio una receta con el medicamento que tenía que tomar (me dijo que uno era antibiótico, otro desinflamatorio y el otro para el dolor), y que no podría retirar esas vendas hasta que lo viera nuevamente. Salí de la habitación caminando perfectamente, aunque sintiéndome muy hinchada; el doctor me pidió que respetará el reposo absoluto aunque me sintiera muy bien, que tomará el medicamento y me agendo para los 8 días siguientes.
Los cuidados después de la cirugía
Al llegar a mi casa me sentía muy incómoda por las vendas puse toallas sanitarias sobre las vendas en los lugares en donde veía que salía sangre para no manchar mi ropa, tomé el medicamento y pude dormir de manera satisfactoria, al día siguiente casi no podía moverme, las vendas y mi abdomen hinchado lo impedían, necesitaba ayuda para poder acomodarme en la cama o en el sillón, pero casi no había dolor. Al tercer día me sentía mucho mejor, casi no me costaba trabajo levantarme y no necesitaba ayuda, pero apareció una comezón incesante debajo de las vendas y la incomodidad de no poder asearme correctamente, pues no podía retirar el vendaje. Así los días transcurrían, con la incertidumbre del como vería, pues no podía retirar las vendas, todos los días me veía en el espejo tratando de adivinar como me vería, aunque claramente se marcaban unas pequeñas curvas en los costados. Pasaron los días y al séptimo acudí al Doctor, estaba muy nerviosa, me preguntó que como había estado esos días, le dije lo de la comezón, me dijo que era normal que me revisaría y que sentiría mucho alivio y confort porque me retiraría el vendaje. ´Pidió a la enfermera que cortará el vendaje, al cortarlo empecé a sentir alivio, me toqué y no sentía mi piel, me dijo el Doctor que me viera en el espejo, al hacerlo me sorprendí y me desconcerté; me observé llena de moretones, mis costados lucían de un color amarillento horrible y el cambio no era algo sumamente notorio, mi piel se veía flácida.
Siento que sigo hinchada
Me dijo que no me espantará que seguía muy hinchada que necesitaba esperar a que mi piel nuevamente se adhiriera, que había pasado muy poco tiempo, que los resultados se verían a partir del tercer mes que bajara la inflamación. La enfermera me puso con dificultad de abajo hacia arriba una faja, sentía espantoso cuando la subía, me dolía, la abrocho y subió el cierre, al terminar, perfectamente se veía definida mi silueta y sin duda sentí comodidad y alivio; me comentó que no la tenía que retirar más que para bañarme; estaría con ella todo el día, y que dormiría con ella durante los próximos tres meses. El doctor me dijo que tenía que realizarme drenajes linfáticos uno por semana, 12 veces para mejor y ver resultados óptimos. Al salir del doctor me sentía bien y más delgada con la faja, lo primero que hice al llegar a mi casa fue bañarme. Pasaron 2 días con la faja y me sorprendí al probarme un pantalón que no me entraba, ¡me cerro a la perfección!, la faja es muy cómoda y estaba maravillada! y eso que todavía estaba muy inflamada!. Han pasado 13 días después de mi liposucción, estoy feliz, veo los cambios, sobre todo en mis pantalones, ¡no se me sale la lonja al usarlos y los molestos gorditos de la espalda son casi nulos!, me he acostumbrado a la faja y me siento feliz. Sin duda recomiendo que se realicen un tratamiento estético si consideran que lo necesitan, pues si bien la belleza física no es todo, también es cierto que todos merecemos vivir con una apariencia que nos haga sentir cómodos y felices, no ser prisioneros de nuestro aspecto. El Dr. que me operó fue Miguel Sánchez Morán García de Providence Medical Clinic, la atención es estupenda y muy profesional.
El día de la cita con el anestesiólogo y el Dr. Miguel, ambos revisaron los análisis que lleve, el Dr. Miguel me realizó diversas preguntas entre ellas edad, fecha de mi último periodo, si tenía conocimiento de ser alérgica a algún tipo de medicamento, si actualmente tomaba algún medicamento, si realizaba algún tipo de actividad física, si fumaba, tomaba o consumía drogas, etc...al finalizar el cuestionario el anestesiólogo me pregunto que para que día tenía contemplado realizarme la operación, le di una fecha que no excedió de los 15 días(pues yo ya había contemplado el tiempo de reposo que me dijo el doctor para poder regresar a mis actividades), me dijo que durante ese tiempo previo a la cirugía no podría tomar medicamentos, fumar o ingerir bebidas alcohólicas, que si me sentía mal lo llamará, que me reiteraba el tema de no tomar nada que no le avisara, pues es indispensable para la anestesia; sacaron una agenda y programaron mi cirugía para el día martes 26 de febrero a las 11:00 a.m. me dieron una receta en donde me pedían que ese día a las 7:00 a.m. tomará una taza de té de manzanilla sin endulzar y una gelatina de agua, hicieron hincapié en que no ingiriera nada más, asimismo me dijeron que tendría que estar acompañada por un familiar o amigo que fuera mayor de edad. Salí del consultorio entusiasmada. Se llegó el día de la operación, me desperté a las 7:00 a.m. a ingerir lo que me habían solicitado, estaba ansiosa, preparé una pequeña maletita con un pants, una sudadera de cierre, y ropa interior cómoda como me había recomendado el doctor, salí a las 09:00 a.m. rumbo al consultorio. Al llegar me esperaba la enfermera del lugar, quién me recibió de manera amable y me pregunto que si estaba nerviosa, le dije que un poco y era la verdad, en ese momento estaba tranquila, me paso a una habitación muy limpia y acondicionada de manera tal que parecía una recámara acogedora, me dijo que me pusiera cómoda y que en unos minutos bajaría por mí. Transcurrían los minutos cual horas, mi amiga que me acompañaba me atiborraba de preguntas de si estaba nerviosa, que si tenía miedo; realmente estaba tranquila pero muuy ansiosa. Pasaron 20 minutos y de nuevo bajo la enfermera me dio una bata, me dijo que tenía que quitarme toda la ropa y accesorios que llevaba puestos y ponérmela, que me daría tiempo y que después me recogería. Me quite la ropa me puse la bota y un gorro de tela que me dieron, mis nervios se acrecentaban. Entro un joven quien se presentó como médico auxiliar del Dr. Morán, me pregunto si había seguido todas las indicaciones que me dieron, me pregunto si había consumido el té y la gelatina prescritas, me pregunto qué procedimiento quirúrgico se me realizaría, y de nuevo me cuestiono sobre si estaba nerviosa, al finalizar el cuestionario me dijo que en todo momento estaría el en la operación acompañando al Doctor Miguel, que estuviera tranquila, que era un procedimiento relativamente rápido y que todo saldría bien, que estaba en buenas manos. De repente ingresó la enfermera con una cobija suave y una silla de ruedas, me pidió que me subiera en ella. Subimos a un elevador, sentía escalofríos, llegamos a un quirófano, en él se encontraba el Doctor Miguel, el anestesiólogo Rogelio, el médico auxiliar y otra enfermera, me sonrieron y me preguntaron como estaba que ellos se estaban preparando. El Doctor Miguel me pidió que lo acompañara a un vestíbulo en la parte trasera del quirófano, el cual estaba muy iluminado por la luz del Sol, me pidió que me quitara la bata. (Me dio muchísima pena quedarme totalmente desnuda y tenía frío, mucho frío, tal vez por los nervios). El Doctor saco una cámara fotográfica y tomo una foto solo de mi rostro, me dijo que era para identificarme pues tomaría otras de mi cuerpo sin rostro; procedió a tomar una de frente, otra de espalda y de mis costados, me dijo que no modificará mi postura. Cuando termino de tomar las fotografías, saco de su bolso un plumón, se acercó a mí y comenzó a pintar en mi cuerpo diversas marcas, sentía el plumón que raspaba mi piel, me dijo que estaba marcando las áreas en las que debía trabajar. Al concluir me ayudo a ponerme la bata y me dirigió al quirófano, empecé a sentir miedo, y a pensar en que tal vez sería muy doloroso, a imaginar que pasaría si se pasaba mi anestesia antes de que finalizarán la operación, pasaban imágenes en mi cabeza; la enfermera se percató de mi espanto y me dijo que me tranquilizará que todo iba a estar bien, que pensará en lo bien que me vería. (-¡Claro!, nada mejor que pensar en eso, en verme sin lonjas), me pidió que me acostará sobre una camilla que había, el anestesiólogo estaba detrás de mí enfocado en un aparato, mientras el médico auxiliar me preguntaba sobre la música que me gustaba, tan pronto respondía la enfermera se acercó con un tipo de cinta con la que me apretó el antebrazo, me pidió que abriera y cerrara mi mano (mientras yo seguía platicando con los presentes), paso cerca de 3 minutos cuando insertó una aguja en la vena de mi mano, me preguntó si me había dolido, -no sentí dolor alguno-; no transcurrieron ni 5 minutos cuando, mientras hablaba con el médico empecé a sentir un ligero cosquilleo en mi rostro, recuerdo que le dije que me ardía la cara y me respondió que era la anestesia....no recuerdo más sólo haber caído en un largo y profundo sueño, no sentí dolor y se esfumó mi miedo. No recuerdo nada más, hasta que el doctor me empezó a hablar y me dijo: -Monse estas bien, todo salió perfecto-, me dio unas palmadas en mi frente y me decía responde. Le dije que me sentía cansada, me preguntó si sentía dolor, le respondí que no.
Soy Monserrat, soy estudiante, tengo 24 años recién cumplidos y hace 13 días me realicé una liposucción. Desde que tenía 15 años veía programas de televisión en donde las mujeres se realizaban cirugías estéticas, recuerdo imágenes de como entraban al quirófano y el procedimiento escalofriante, pero lo que realmente amaba era ver las fotografías al final de dichos programa del antes y el después; realmente anhelaba ser una de esas mujeres que se veían fantásticas y felices. Desde que tengo uso de razón he tenido problemas de sobrepeso y con ello he sido objeto de burlas por parte de mi familia y amigos; siempre con apodos como "gordis" "peggy" "chonchis", etc. aunado de gente que siempre me atacaban (y digo atacaban, porque realmente me sentía agredida) con comentarios como: -si bajarás de peso te verías bien-, -eres bonita, pero te falta bajar de peso-, -tómate estas pastillitas, vas a ver que bajas y te verás súper bien-; cuando realmente yo había probado de todas las "pastillitas" y ejercicios. Bueno, para no hacer el cuento largo, durante 5 meses estuve juntando dinero para mi viaje de graduación de la Universidad, había olvidado por completo el tema de toda mi vida respecto de realizarme una "lipo"; fue entonces cuando mi prima me comento de una página en internet en donde había visto una súper oferta en liposucciones, sin dudarlo le pedí que fuera a mi casa para mostrármela, en efecto, estaba la promoción, le dije que sin duda prefería gastar mi dinero en ese procedimiento que en un viaje; por consiguiente buscamos en internet la cédula del médico, e inmediatamente llame para agendar una cita y poder conocer al médico y externarle mis inquietudes; me agendaron 2 días después. El día de mi cita llegué un poco nerviosa, toque la puerta de un edificio con una fachada agradable, al entrar me encontré en una sala de espera reluciente y limpia, con recepcionista tan amable que expiraba confianza quien me dijo -en un momento el doctor te atiende-. Pasaron 5 minutos y salió el Dr. Miguel, quien con una sonrisa me indicó el camino para entrar a su oficina. Ya en la oficina me pregunto qué como estaba y que era lo que me llevó hasta ahí, a lo que respondí rápidamente que había visto en internet la promoción de liposucción y que me la quería realizar; me dijo que si sabía que era una liposucción y que si tenía dudas. Inició con una explicación de la misma, me dijo que era un procedimiento por el cual se insertaba una cánula en el área deseada para la extracción de grasa (yo en mi mente pensaba: -¡sí quíteme la grasa!), continúo explicándome que por mi edad tendría una recuperación más rápida y una mejor cicatrización, que dicho procedimiento requería de anestesia general, que el tiempo que duraba la cirugía era de aproximadamente 2 horas y que requería realizarme unos estudios para ver si mi salud era óptima; después me dijo -anda, mejor pregúntame, dime si estas segura de realizarla y cuáles son tus dudas-. Empecé preguntando si era apta o si antes debía bajar de peso, me dijo que no era necesario, que la dieta vendría después; después le pregunte si era peligrosa la anestesia y me dijo que siempre era un riesgo pero que contaba con un excelente anestesiólogo y que para eso eran los estudios, para saber si mi salud era la adecuada y preparar la anestesia según las características de cada paciente; pregunté si tendría que hospitalizarme, me respondió que no que al término de la operación me quedaría unas cuantas horas en observación pero ese mismo día podría regresar a mi hogar; después le pregunte si era muy doloroso, a lo que me respondió: que al ser una cirugía claro que se tendrían molestias los primeros días, pero todo soportable; le pregunte qué tan peligroso era y me dijo: que lo más riesgoso es la anestesia, que en sí, la cirugía no era problema alguno; a lo que no dude en preguntarle si había posibilidades de que quedara mal, (pues alguna vez me platicaron sobre de cirujanos que dejaban el abdomen deforme y ese tipo de situaciones),a lo que me respondió amablemente que en su mayoría, esos casos se presentaban cuando las cirugías las realizaban personas que no eran cirujanos estéticos o mucho peor ¡que no eran médicos! A mi mente no vinieron más preguntas. En realidad, antes de ir a esa cita a lo que más miedo tenía, era ¡el que quedara deforme o morir! miedo derivado de todos los cuentos que amigas de amigas contaban sobre las cirugías plásticas. El miedo se fue disipando conforme las preguntas iban siendo resueltas por el Dr. Miguel, quien daba confianza en su hablar, posteriormente me pasó a una pequeña sala detrás de su oficina en donde esta adecuada como consultorio y me pidió que me quitará mi blusa, con pena me despoje de la misma, me observo y me dijo que mi apariencia mejoraría un 90%, me explicó que por motivos de seguridad y salud, lo máximo que él podría retirar serían 4 litros de grasa y que se enfocaría principalmente en darme forma puesto que no tenía cintura. Me pidió que me volviera a vestir. Salimos y me dijo que si estaba segura, a lo que respondí que sí, y me dijo dio una receta que contenía los análisis que debía realizarme, que en cuanto los tuviera llamará a su consultorio para agendar de nuevo una cita en la cual estaría presente el anestesiólogo, contemplando una fecha para realizar la liposucción. Antes de salir hice una última pregunta:-¿Cuál es el tiempo de recuperación?- Me dijo que tenía que estar 10 días en reposo absoluto para lograr una recuperación pronta y estar saludable, que posteriormente sí no tenía un empleo en donde realizará mucho esfuerzo, como cargar cosas o cocinar, podría retomar mis actividades al onceavo día. Ese mismo día fui a realizarlos, llame y agendé una cita.
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Nunca habia tenido tanta seguridad con la ropa, al salir con las amigas de antro me sentia completamente hermosa al notar q llamaba la atencion...
Leer másDentro de las dudas que tenia fueron las de los resultados y los síntomas que tendría durante el proceso de recuperación hay varias sensaciones diferentes a lo que normalmente estaba acostumbrada. Excelente doctor, información suficiente y...
Leer másEstoy muy contento con mi cirugia que me la hice hace 7 Dias con resultados increibles como los que quería, me cuido mucho desde el primer dia...
Leer másTodo el contenido de esta página está generado por usuarios reales del portal y no por doctores o especialistas.
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