Peeling: se usa para renovar la piel y consta de la aplicación de distintos principios activos sobre la piel que generan una exfoliación de las capas superficiales, sin dañarla. A la vez que se regenera, se produce colágeno nuevo, lo cual representa una protección cutánea. Hay tres tipos de peeling: superficial, medio y profundo. Entre las sustancias utilizadas están: ácido glicólico, tricloroacético, alfa hidroxiácidos, ácido salicílico y fenol.
Es un tratamiento que genera cierta sensibilidad a la piel, por lo que el cuidado posterior a su aplicación es importante. Se considera de gran eficacia, ya que elimina las células muertas, así la piel recupera su luminosidad y se borran, en gran medida, las manchas de la edad.
Dermoabrasión: es un proceso que consiste en eliminar la capa más superficial de la piel, lo cual da un aspecto más joven y suavidad. Es un tratamiento muy utilizado para eliminar manchas en la piel, así como para combatir cicatrices, tratar el acné y disminuir arrugas superficiales.
Láser: es un tratamiento no invasivo que a través de la longitud de onda emitida se ataca el pigmento melánico. El proceso consta en fragmentar la melanina concentrada y posteriormente se eliminará de manera natural a través del sistema linfático. Entre los sistemas láser más utilizados se encuentran: láser fraccionado, láser alejandrita y láser NdYag, láser fraccionado CO₂.