Carcinoma Basocelular

Para poder elegir correctamente al médico tratante, es importante que el paciente se informe y tome en cuenta varios factores al momento de definir con quién realizarse el tratamiento.

En esa línea, se debe asegurar que el médico cuente con el título profesional de Médico Cirujano inscrito en la Dirección General de Profesiones de la SEP y un diploma de la especialidad el cual debe estar avalado por la universidad o institución correspondiente.

Así mismo, es importante que el médico especialista esté certificado por algún tipo de entidad formal del país correspondiente, en este caso por el Consejo Mexicano de Dermatología.  

Esto, le dará al paciente la tranquilidad y confianza de que su dermatólogo cuenta con todas las certificaciones necesarias que avalan su profesión y calidad durante todo el proceso y tratamiento. De igual forma, es recomendable que el paciente le pida a su médico fotos y antecedentes de otros pacientes que se atendieron previamente con él para revisar la tasa de éxito.

Existen diferentes tipos de tratamiento que dependerán de varios factores como el lugar donde se aloja, el tamaño o grosor. Los tratamientos se realizan en un quirófano con ayuda de anestesia local en la zona afectada.

Los expertos de Mayo Clinic explican que los tratamientos más comunes para erradicarlo son:

• Electrosecación y curetaje: esta técnica se usa para eliminar los carcinomas que son más superficiales o de menor tamaño. Se extraen con la ayuda de un bisturí o cureta. Como paso siguiente se cauteriza la lesión cancerígena para evitar el sangrado y eliminar las células dañinas. También se puede utilizar nitrógeno líquido. La recuperación de esta cirugía es de entre 3 a 6 semanas, ya que deja una costra que puede supurar.
• Encisición quirúrjica: Este tratamiento se realiza cuando la lesión es de mayor tamaño. El dermatólogo realiza una incisión para sacar toda la lesión cancerígena y además remueve la piel sana que lo rodea para asegurarse de que no hayan células dañadas.
• Congelación: Durante este procedimiento el médico elimina todas las células cancerígenas gracias a la utilización de nitrógeno líquido el cual las congela. Este tratamiento es utilizado en lesiones delgadas que no traspasan muchas capas de la epidermis.
• Cirugía de Mohs: Esta técnica se utiliza para lesiones que sean más grandes y que tengan mayor profundidad. Acá el médico retira el tumor cuidadosamente capa por capa, revisando cada una de ellas a través del microscopio para asegurarse de que eliminó todas las células dañadas.

Si el médico determina que este tipo de cáncer está muy avanzado es posible que el paciente necesite de quimioterapia o radioterpia a cargo de un cirujano oncólogo o un oncólogo clínico, según indican desde la Sociedad Americana contra el Cáncer.

También existen algunas pomadas que se utilizan para tratar los carcinomas basales que son más bien superficiales y que no implican un mayor riesgo: Imiquimod y el Fluorouracilo.

Los principales beneficios y ventajas de estos tratamientos para combatir el Carcinoma Basocelular son:

• Mayor tasa de pacientes recuperados al 100%.
• Existe una mayor preservación de los tejidos en las zonas tratadas.
• Menor riesgo por uso de anestesia local y no general.
• Cirugía rápida y sencilla.
• No necesita hospitalización.

La mayoría de los resultados son a largo plazo con una excelente tasa de éxito. Además, en la mayoría de los casos se pueden observar cicatrices casi imperceptibles.

De todas formas, siempre se recomienda a los pacientes que han pasado por alguno de estos tratamientos que pidan a sus médicos un completo calendario de pruebas y seguimiento de su caso particular para prevenir o identificar cualquier otro tipo de lesión.