El Plasma Rico en Plaquetas se define como un volumen de plasma con una concentración de plaquetas superior a lo que normalmente encontramos en nuestra sangre, con la finalidad de utilizarse como tratamiento para regenerar tejidos.
Las plaquetas son componentes de nuestra sangre, que en el organismo tienen la capacidad de producir factores de crecimiento o de regeneración, cuando son sometidas a procesos inflamatorios por daño en vasos sanguíneos o tejidos. Para obtener el plasma, es necesario sacar sangre de la misma persona que va a utilizarlo. Esta sangre, se recoge en un tubo con un anticoagulante, que se coloca en un aparato que se llama centrifugador, que se encarga de separar las plaquetas del resto de componentes de la sangre. Una vez realizado, se separa el plasma que tiene mayor concentración de plaquetas.
Dentro de las plaquetas, se encuentran unas estructuras llamadas gránulos alfa, estos contienen muchos factores de crecimiento que van a servir para ayudar a la regeneración de tejidos.
Desde hace muchas décadas, el Plasma Rico en Plaquetas se ha utilizado en la medicina por sus propiedades estimuladoras de la proliferación de células derivadas de células madres, que pueden originar: fibroblastos, células endoteliales, adipoblastos, entre otros, que sirven para la regeneración de tejidos, por lo que se utiliza con frecuencia para la curación de heridas y el tratamiento de problemas articulares.
Los tratamientos de rejuvenecimiento facial en la actualidad se inician a partir de los 35 años, y cada vez se observan a edades más tempranas.
Gracias a las propiedades regenerativas de las plaquetas, se empezaron a estudiar sus usos dentro de la medicina estética, donde en la actualidad se utiliza por sus propiedades bioestimuladoras y de producción de factores de crecimiento, como tratamiento para rejuvenecimiento facial, corrección de cicatrices y caída de cabello.
En rejuvenecimiento facial es útil para mejorar flacidez o pérdida de volumen de la piel y arrugas, estimulando la proliferación de fibroblastos que se encargan de la producción de colágeno, y en la capa más profunda de la piel puede estimular también, la proliferación de vasos sanguíneos y formación de tejido adiposo que sirve como relleno de áreas que han perdido volumen.
En la corrección de cicatrices, ya sea por quemaduras, cirugías, estrías o por acné, puede mejorar la calidad de la piel aumentando las fibras de colágeno y fibras elásticas, también se puede utilizar como relleno en cicatrices más profundas, ya sea solo o en combinación con otros tratamientos.
Desde el 2006, se ha convertido en una herramienta útil para promover el crecimiento del cabello, ya que estimula factores de crecimiento en la raíz del cabello, aumentando su fase de crecimiento. Se utiliza con frecuencia como parte del tratamiento en personas con alopecia (pérdida de cabello) ya sean hombres o mujeres.
Cualquier persona, hombre o mujer, de cualquier tipo de piel, que presente signos de pérdida de elasticidad y volumen en la piel, cicatrices por acné, estrías o cirugías, quemaduras o pérdida de cabello. Lo recomendamos a aquellas personas que están empezando a observar cómo su piel está perdiendo colágeno pero lo cierto es que no habrá que esperar a ver los síntomas ya que también se puede usar de manera preventiva.
El procedimiento de Plasma Rico en Plaquetas, debe hacerse siempre por indicación de un médico, sin poder ser prescrito por otro tipo de profesional sanitario o no sanitario.
El médico debe de contar con su cédula y contar con la capacitación y experiencia en esta área y las clínicas en general deben de contar con un aviso de funcionamiento para poder brindar sus servicios.
Durante la primera consulta el médico deberá evaluarte y aconsejarte si es necesario utilizar el Plasma Rico en Plaquetas junto con otros tratamientos, como aplicación de radiofrecuencia, láser, terapias de luces LED o microagujas, para que obtengas los mejores beneficios. Es importante que el médico te indique el porcentaje de mejoría que vas a obtener con el tratamiento, así puedes tener expectativa real de los resultados que puedes conseguir.
Debes de comunicar todas tus inquietudes y preguntas, y el médico deberá estar capacitado para responderlas todas. Coméntale que es lo que más te molesta del área que quieres mejorar, y que es lo que esperas lograr con el tratamiento, así serás más sencillo guiarte durante el proceso. Siempre se realizarán fotografías de la zona que deseas tratar para poder hacer un seguimiento más exacto de los cambios que se observen en los meses posteriores.
Lo primero es preparar el plasma, siempre con una buena limpieza del área de donde se va a extraer la sangre. Debes de fijarte que el médico que realice esto, utilice guantes estériles y siga unas buenas normas de higiene.
Se empieza por extraerte sangre del brazo con una jeringuilla y se coloca en un tubo que contiene un anticoagulante para evitar que las plaquetas se activen y formen coágulos. Esto puede realizarse mediante una técnica abierta o manual cuando se realiza con un tubo, o por una técnica cerrada en el caso de utilizar un kit comercial. En el caso de que la obtención del plasma sea de forma manual o técnica abierta, el médico que lo realice deberá contar con las inspecciones correspondientes tanto de la técnica como de las instalaciones donde se realiza.
La técnica para extraer la sangre es manual con una jeringa o con vacutainer (es lo que casi todos utilizan). En estos casos, se introduce la jeringa y se llena el tubo.
La sangre que te han retirado se coloca en un centrifugador, que es una máquina que se va a encargar de separar las plaquetas del resto de componentes. El plasma que contiene las plaquetas se separa en otro tubo, y se le añaden factores que lo activen (trombina o gluconato de calcio), para que empiecen a formar y liberar factores de crecimiento desde los gránulos alfa. Después, este concentrado de plaquetas es inyectado con pequeñas punciones en la piel del área que vas a tratar como las líneas de expresión, las líneas de marioneta, el contorno de ojos, los surcos nasogenianos. Dependiendo del tratamiento y de lo que deseas, las inyecciones serán mas superficiales, similares a una mesoterapia, cuando se trate de rejuvenecimiento facial o de tratamientos capilares, y más profundas en caso de que estemos buscando un efecto de relleno como en el tratamiento de cicatrices.
Existen profesionales que además de inyectarlo directamente, utilizan la técnica haciendo aplicaciones con dermapen (microagujas) en toda la cara con el fin de disminuir el dolor que se produce y proporciona resultados favorables.
Después del tratamiento puedes observar una mínima hinchazón, enrojecimiento o moretones en el área, que pueden aparecer entre las 12 a 24 horas iniciales. Tras la aplicación puedes retomar tu vida normal ya que no aparecerán marcas ni cicatrices. A diferencia de otros tratamientos, tampoco es necesario hacer reposo. En caso de que aparezcan moretones, estos pueden ser visibles por 3 a 4 días.
Los efectos van a ser visibles a partir de las 3 semanas siguientes, que es cuando el colágeno que se ha producido empieza a madurar y puedes observar que la piel se vuelve más tensa y radiante. Vas a notar mejoría en la textura y tono de tu piel.
La regeneración completa del colágeno ocurre a los 3 meses del procedimiento. El cuidado diario con cremas y protección solar, y la combinación con otros tratamientos como láser o radiofrecuencia, puede potenciar estos efectos. Se realizará una sesión mensual por 3 – 4 meses, después de eso, se necesitaran de 1 a 2 sesiones anuales de mantenimiento. Si además, combinamos el PRP con ácido hialurónico, la corrección de la pérdida de volumen es total.
Los efectos secundarios más comunes son la hinchazón y enrojecimiento del área, también pueden observarse moretones en los sitios de inyecciones, que duran varios días.
Aunque es una técnica sencilla, conlleva ciertos riesgos como la aparición de infecciones en el sitio que hemos tratado, reacciones alérgicas (aunque esto es muy poco probable ya que estamos usando nuestra propia sangre) o dolor en el área inyectada.