El uso de la lipoescultura váser en busca de ocultar las cicatrices
Cuando vi la primer cicatriz de una braquioplastía clásica, la cual es una cicatriz que va en la cara postero-interna del brazo, quedé realmente asustado, ya que era muy roja, ancha y excesivamente larga, llegaba hasta el codo, yo en mi vida profesional , me he encontrado con pacientes que me han solicitado dicho procedimiento , y en los primeros años de mi vida profesional nunca me atreví a hacer ninguna, procuraba enviárselas a algún colega o de plano los desanimaba diciéndoles que sería peor la cicatriz que la flacidez.
Con la llegada del Vaser, máquina de liposucción ultrasónica, podemos realizar una liposucción superficial, que nos contrae hasta un 30 por ciento de la piel succionada superficialmente, con eso ya podemos succionar la profunda y cambiar la posición de la cicatriz, si se trata de un paciente que tiene un grado de flacidez moderado, ya que en estos pacientes hemos conseguido excelentes resultados, haciendo una resección en huso a nivel del hueco de la axila.
Antes de realizar la resección en huso, liposuccionamos la cara lateral del tórax y la cara posterointerna del brazo superficial y profundamente con el vaser , posteriormente, en la región de la cara anteromedial del brazo, realizo un pellizcamiento con lo que corregimos casi en la totalidad la flacidez de la piel, no tensándola, ya que existe una contracción secundaria que producirá mayor contracción y eso la podría dejar muy tensa.
Hacemos un pellizco en la cara lateral del tórax, y tratamos de juntar antes de cortar con pinzas de campo ambos bordes, y si llegamos sin tensión, se hace la resección en huso en la axila, procurando no salir del hueco de la misma, acto seguido y como punto clave, se colocan hasta 4 puntos de prolene de dermis a la fascia superficial del hueco axilar, y de esa forma la cicatriz se hunde en el vértice del agujero axilar.
Los demás planos se cierran con materiales como monocryl en dos planos.
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