Aumento de busto para deportistas
Si bien la mujer deportista tiene un buen cuerpo, no está exenta del deseo de mejorar por medios ajenos al ejercicio, y es aquí donde la cirugía plástica se convierte en una opción. Sobre todo en casos donde la disminución de la grasa corporal ha afectado estructuras clave en las formas femeninas como lo es el busto.
Ya sea que practiques deportes de bajo impacto, aeróbicos, gimnasia, aparatos, levantamiento de pesas, ejercicios de alto impacto o seas una atleta de alto rendimiento y deseas mejorar tu figura, no estás limitada para ser sometida a una cirugía de aumento de busto.
Una vez que una deportista ha decidido pasar por éste proceso, surgen algunas dudas que si bien no pueden resolverse por completo consultando una revista o el oráculo de internet, vale la pena mencionar.
¿Puedo seguir ejercitándome?
La primera y más importante, no tiene caso dedicarse al modelado corporal con ejercicio para después dejar todos los esfuerzos después de una cirugía estética. Si bien se requiere un periodo de recuperación y una rehabilitación posoperatoria, la idea es retomar las rutinas deportivas al 100% posterior al aumento mamario.
Generalmente, damos un periodo de reposo posquirúrgico que va de los 7 a los 10 días, con un retorno gradual a las actividades deportivas, iniciando por ejercicios del segmento inferior del cuerpo y, tres a cuatro semanas después incrementos hasta retomar por completo las actividades.
¿Cuánto tiempo tarda la recuperación?
El organismo de cada mujer es diferente, al igual que los tiempos de cicatrización y de recuperación. Sin embargo, se habla de un periodo promedio que va de las 4 a las 8 semanas de acuerdo a la técnica quirúrgica empleada. Lo ideal es un retorno gradual a las actividades tanto de la vida diaria, trabajo y hogar, como a las actividades deportivas.
¿Cuál es el mejor lugar para colocar el implante?
Esto es variable, y va a depender del volumen que tenga tu busto; del volumen, forma y proyección que deseas alcanzar, y de la actividad física que realizas. Lo más lógico es pensar en una colocación por arriba del músculo (retroglandular), que es la mejor opción para obtener una forma y proyección muy deseables. Sin embargo, en mamas poco desarrolladas, el riesgo de que se pueda palpar e incluso ver el implante a través de la piel es latente. Y una colocación por debajo del músculo (retromuscular) tiene la posibilidad de modificar la forma de tu busto durante ciertos ejercicios.
Actualmente, existe una diversidad de técnicas que permiten la colocación total o parcial del implante bajo el músculo, con modificaciones a éste último para evitar su deformidad o el desplazamiento de los implantes por el ejercicio.
¿Cuáles son las complicaciones que puedo presentar?
El aumento mamario es una cirugía como cualquier otra, las complicaciones van desde la insatisfacción cosmética en cuanto a la forma o el volumen hasta situaciones graves como reacciones adversas a medicamentos; pasando por una mala cicatrización y riesgo de sangrado durante la cirugía.
La contractura capsular es una condición dada por la formación de una cicatriz alrededor del implante que, al contraerse, condiciona dolor y deformidad. Su incidencia es muy baja una vez que los factores de los que depende se prevén y se cambian aquellos que son modificables.
Una vez tomada la decisión de someterse a un aumento de busto, se hace necesaria la evaluación integral por un Cirujano Plástico Certificado, quien de acuerdo a tus condiciones físicas, el estado de tu busto, tus deseos de mejora y con base en tu rutina de ejercicios, te planteará las mejores opciones para tomar una decisión en conjunto que asegure tu satisfacción sin repercutir en tu salud ni tu desempeño como atleta.
*Artículo publicado por el Dr. Victor Hugo Meléndez Flores en la revista Players, Torreón, junio 2014.