¿El ácaro Demodex folliculorum es el causante de la rosácea?
La rosácea es uno de los padecimientos más agresivos de la piel, ya que se manifiesta por enrojecimiento cutáneo acompañado de inflamación, aparición de telangiectasias y pústulas en la zona central del rostro. Es muy probable que detrás de este padecimiento agresivo se encuentre el ácaro Demodex folliculorum.
Nuestra piel es portadora de ácaros y pueden resultar en ocasiones los principales causantes de padecer enfermedades cutáneas, como lo es la sarna y probablemente la rosácea.
En los poros de la piel habita el ácaro llamado Demodex folliculorum, también conocido como el ácaro de los folículos humanos. En especial, este ácaro se aloja en la zona de la nariz, barbilla, área superior del labio, frente y mejillas; va más allá de la zona T del rostro. Por sí solo este ácaro no ocasiona ningún daño, el problema surge cuando un folículo se encuentra saturado de ácaros y es ahí cuando comienza el verdadero malestar, puesto que se produce infección, inflamación, lo cual es igual a padecer rosácea.
Investigadores del Departamento de Oftalmología del Hospital Universitario Mater Misericoriae, de Dublín, comparten la idea de que cada persona tiene 0,7 ácaros por cm2. Sin embargo, aquellas personas que padecen rosácea suelen tener una cantidad mayor; es decir, la cantidad de ácaros aumentara acorde al grado de rosácea que se presenta.
¿Realmente el Demodex folliculorum provoca rosácea?
Realmente las investigaciones no se consideran un hecho. Se desconoce a ciencia cierta si en efecto el tener varios ácaros en los folículos ocasiona la rosácea o, si el padecer rosácea ocasiona a estos ácaros; bien podrían tratarse de una consecuencia de la rosácea.
Ahora bien, los especialistas que apoyan la primera posibilidad (el ácaro responsable de la rosácea) consideran que el aumento de ácaros en el rostro está asociado a un problema inmunológico. Por lo cual, debido a que hay un incremento, éstos podrían penetrar en la piel y provocar pústulas y pápulas típicas de la rosácea. Al tenerlos presentes en la dermis, es normal que tapen los folículos pilosos; al estar atrofiados los folículos se tiende a provocar un incremento de bacterias que podrían ocasionar inflamación en el tejido que los rodea. En casos más graves, se da inicio a una enfermedad granulomatosa. En cuanto a la sequedad que presenta la piel, se asocia que al padecer rosácea el pH se modifica y se ve afectada la hidratación de la piel.
Por otra parte, quienes no califican al ácaro como el principal causante de la rosácea, consideran que la responsabilidad se encuentra en una bacteria que habita en el tracto digestivo del Demodex folliculorum: Bacillus oleronius. Esta bacteria penetra en la piel cuando el ácaro muere, provocando una reacción inmunológica que ocasiona infección e inflamación del tejido. Entonces, se entiende que, si hay un aumento de ácaros, también se supone que hay incremento de bacterias. Por tanto, las personas que presenten un exceso de este ácaro y esta bactería, tienden a desarrollar rosácea.
Existen otras opiniones por parte de especialistas, quienes mencionan que la rosácea estimula el aumento del ácaro. En general, se desconoce qué es lo que ocasiona a la rosácea; bien podría solo tratarse de una dermatosis. No obstante, la asociación que existe entre Demodex folliculorum y la rosácea, es señal de que se va por buen camino para entender los causantes de esta patología cutánea. Sin embargo, es importante profundizar aún más en las investigaciones, conocer su causa-efecto para poder brindar mejores tratamientos que solucionen el padecer rosácea.
¿Hay tratamientos que reduzcan la presencia del ácaro?
Es importante mencionar que, antes de ingerir cualquier tratamiento para combatir el ácaro Demodex folliculorum, es necesario acudir con un especialista en dermatología, quien señalará qué tratamiento es el más acorde. Asimismo, el especialista analizará el tipo grado de dermatosis que se padece, cuáles son sus signos; para ello es necesario recopilar análisis, a modo de brindar el tratamiento correcto.
Para reducir el aumento de este ácaro, existen medicamentos que recetará tu médico, entre los cuales destacan:
- Permetrina: Es una sustancia insecticida, comúnmente se emplea para el tratamiento de los piojos; pero, también demuestra su eficacia para reducir la presencia de los ácaros y bacterias que podrían habitar en nuestra piel. En este caso, la permetrina no es suficiente para acabar con el malestar; pero, sí es muy efectiva cuando se mezcla con otros medicamentos para tratar a la rosácea.
- Ivermectina: Es otro fármaco más que comúnmente se utiliza para eliminar los piojos, sarna, entre otros parásitos más. La ivermectina, al igual que la permetrina, al combinarse con otros medicamentos que combaten a la rosácea resulta ser eficaz; se logra eliminar el ácaro Demodex folliculorum.
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¿Qué pasa con los tratamientos naturales?
Para eliminar el ácaro, no sólo se logra a través de la ingesta de fármacos, también existen tratamientos naturales que ayudan a prevenirlo y a eliminarlo.
El aceite del árbol del té, es muy popular para combatir los piojos. Seguramente les suena a las mamás, ya que es muy común cuando hay infestación de piojos en las escuelas. Pese a ser eficaz también para la rosácea y fácil de conseguirlo en cualquier tienda herbolaria, es necesario comunicárselo al dermatólogo a fin de evitar que interfiera con otros tratamientos que se utilicen para tratar a la rosácea.
Este tratamiento natural sí marca gran efectividad, ya que tan solo en media hora se pueden eliminar a los ácaros y las bacterias que se alojan en la piel; por tanto, contribuye a mejorar el estado de la rosácea. Su uso tampoco es complejo, únicamente se debe disolver en agua para después aplicarlo mediante compresas limpias o gasas esterilizadas en las zonas del rostro que estén afectadas.
Por la limpieza que se genera en el rostro, de eliminar bacterias y ácaros, se reducen las pústulas y pápulas hasta casi eliminarlo por completo.
Como consejo final, siempre acude con tu especialista, nadie mejor que él te dirá qué es y qué no es lo más recomendable para tu padecimiento; de lo contrario, podrías agravarlo.
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