Rinoseptoplastía ¿qué tan diferente es de la rinoplastia?
La nariz es una de las partes más importantes que constituyen el rostro; no obstante, este conocido órgano puede llegar a requerir de cirugías que le permitan una correcta función o bien una mejora en su aspecto. Pero, cuando la cirugía estética y funcional se fusionan, puede surgir lo que se conoce como rinoseptoplastía.
Al decir que se ha sometido a una cirugía de nariz y vemos en ésta que se le ha modificado su forma, creemos que la cirugía fue por motivos estéticos; pero, no del todo es verdad. Sucede que se confunde la cirugía estética (rinoplastia) con la cirugía funcional (aquella que corrige la función de la nariz) y en realidad éstas no son lo mismo.
A continuación analizaremos qué hace diferente una rinoplastia de una septoplastia, lo cual nos ayudará a entender mejor la rinoseptoplastía.
Rinoplastia
La rinoplastia es una de las cirugías que pertenecen al mundo de la cirugía plástica y estética y resulta ser una de las más populares alrededor del mundo y por ello, una de las más solicitadas entre la población. Dicha intervención consiste en trabajar únicamente la parte estética de la nariz –su forma y tamaño-.
Para practicarse la rinoplastia, el paciente requiere de entrar a quirófano, donde el cirujano trabajará directamente con los huesos que conforman la nariz y cartílago. Las incisiones que se realizan pueden ser internas o externas, según el caso que presente cada paciente.
Septoplastia
Esta intervención también trabaja con el hueso de la nariz, el tabique nasal. Lo que se busca es corregir o mejorar la función de este órgano. Pese a que se trabaja con el tabique nasal, la nariz no modifica su forma, continua siendo la misma, ello por la zona intervenida.
El procedimiento se lleva a cabo por medio de incisiones internas; se actúa sobre el tabique nasal, en especial la desviación que presenta; se retira únicamente la cantidad necesaria de tejido. Para aclarar, la pequeña cantidad de tejido es para provocar una pronta recuperación.
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Y entonces, ¿La rinoseptoplastía?
Es una fusión de la rinoplastia y la septoplastia. Por una parte se corrige el tabique nasal para lograr una adecuada función y por otra se mejora la parte estética de la nariz siempre adaptándola a los gustos y necesidades de cada paciente, o bien, respetando la armonía de su rostro para obtener resultados más apegados a lo natural. Sea uno u otro caso, la anestesia para proceder con la cirugía es de carácter general.
Como en toda cirugía de nariz, es normal que hematomas, inflamación en pómulos y en la nariz, aparezcan. Estos efectos suelen aparecer por el contacto que se ha mantenido con los huesos de la nariz, pero, tras pasar algunos días éstos desaparecerán.
Postoperatorio de una rinoseptoplastía
Es muy similar al de una cirugía estética o funcional, según sea el caso. El cirujano deberá de colocar un tapón para evitar sangrado y también se colocará una especie de férula que ayuda a dar sostén a los tejidos que se han tratado. Ahora bien, el tampón deberá ser retirado tras pasar de 24 a 36 horas; mientras que la férula se deberá portar por lo menos un par de semanas.
Respecto a la hinchazón que presenta el rostro, comenzará a remitir tras el tercer día después de la cirugía. Es completamente normal que se presente insensibilidad por algunos días en mejillas y labio superior. A estos efectos también se le suma el entumecimiento en la punta de la nariz, la cual su estancia es más prolongada, ya que llega a presentarse por semanas e incluso meses.
En la rinoseptoplastía también llega a presentarse una fuga de líquido proveniente de la nariz o incluso, ésta puede llegar a sangrar. Este efecto se origina en el segundo o quinto día, pero no hay de qué preocuparse, no mientras el líquido o el flujo sanguíneo sea moderado.
Un aspecto que diferencia a la rinoseptoplastía de otras intervenciones relacionadas a la nariz, es que el paciente puede regresar a su casa el mismo día de la cirugía, a lo mucho al día siguiente. Los cuidados que debe seguir son aquellos dictados por el especialista, entre los cuales destacan los siguientes: guardar reposo, no realizar esfuerzo, evitar contacto con la nariz.
Ahora, respecto a la anestesia, el paciente puede presentar algunos efectos secundarios, los cuales son normales que aparezcan: mareo, dificultad para pensar con claridad; aunque estos efectos desaparecen tras las 24 horas de la cirugía.
Otros de los consejos que se recomiendan seguir, es evitar duchas o saunas. El paciente tendrá que esperar por lo menos una semana para salir al aire libre; pero, debe evitar contacto a la exposición solar por periodos superiores a los 15 minutos. Al igual, debe evitar el uso de gafas, la nariz debe estar libre de cualquier objeto extraño a lo que el médico ha colocado.
Asimismo, el sonarse la nariz queda descartado durante las primeras semanas y ello pese a que el paciente tenga la sensación de tener la nariz constipada. Esta sensación acompaña por semanas, por ello se debe evitar.
Un consejo a seguir para bajar la hinchazón de la nariz y ojos, es aplicar compresas frías; pero, debes tener cuidado de que la nariz se mantenga seca. Por igual, para aliviar la hinchazón, debes dormir apoyado de almohadas.
Si bien es cierto, la cirugía de nariz es dolorosa, así que, si presentas dolor durante los primeros días, no te preocupes, es completamente normal. Para aliviar estas molestias, el cirujano receta analgésicos, los cuales deberán tomarse acorde a las instrucciones que el médico establezca.
Para dar higiene al rostro y a la nariz, el paciente debe hacerlo con extrema precaución y siguiendo siempre las indicaciones que el profesional le haya predeterminado. Para retomar sus actividades diarias, se puede hacer tras haber transcurrido dos semanas de la operación
¿Cómo saber cuando algo no va bien?
Hasta ahora hemos compartido los síntomas o efectos secundarios que el paciente presenta: dolor, desorientación, hinchazón; los cuales son normales, pero, todos ellos tras horas posteriores de la intervención.
Por otra parte, también existen efectos que bien pueden ser indicadores de que algo no está del todo bien, por ello, se te invita a acudir de inmediato a una supervisión médica. El cirujano se encargará de evaluar las condiciones de su respiración, tipo de hemorragia que se presenta, la cantidad de dolor y si éste no mejora pese a tomar analgésicos. Los indicadores de que algo está mal son: fiebre alta, dolor intenso, rigidez en el cuello, desorientación, dolores de cabeza, sangrado abundante, dificultad para respirar.
Si se quieren obtener excelentes resultados y las menos complicaciones posibles, es necesario que el paciente siga adecuadamente las indicaciones que el médico le ha ordenado: cuidados, higiene, analgésicos, postura…aunque también, es recomendable acudir a citas de revisión para confirmar que todo se encuentra en orden hasta que el especialista dé de alta.
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